domingo, 13 de mayo de 2012

La grandeza de la educación comunitaria

Libertad, Santiago del Estero.
En el proyecto comunitario de vida
La comunidad como tal es un nuevo ser distinto de la sumatoria de sus componentes. Tiene también ella su peculiar carácter y, por lo tanto, desde un punto de vista pedagógico no basta tener en cuenta el proyecto personal de vida de cada uno de los integrantes, es necesario enfocar la educación de la comunidad en cuanto comunidad. También ella tiene que tener su trayecto y sus objetivos educativos.
Toda comunidad debe dar una respuesta viva a las necesidades básicas que busca todo hombre en el seno de los grupos: un clima de verdad, justicia aceptación y afecto y sentido de presencia valiosa en el seno de las comunidades más amplias.
Por eso debe cultivar explícitamente una conciencia lúcida de su identidad y misión, hondas relaciones personales enriquecedoras por el intercambio de vida y experiencia, y debe crear un clima propicio para la participación corresponsable que lleve a sus integrantes a una mayor madurez.
Se reconoce una comunidad como madura cuando se muestra coherente con sus objetivos plenamente compartidos; integrada por la aceptación mutua; organizada en la distribución de funciones y roles; solidaria en la preocupación servicial; corresponsable en esfuerzos concertados; testimonial en su mística vivida.
Fuente: Educación y Proyecto de Vida.

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